La entrada en vigor desde el pasado 1 de septiembre del Reglamento del Impuesto sobre los Gases Fluorados de Efecto Invernadero, que grava la primera carga de refrigerantes en instalaciones nuevas, supondrá un encarecimiento de entre el 5% y el 10% de los equipos, apuntan las distintas asociaciones del sector.

Según WOLF, compañía experta en la fabricación de Sistemas globales e inteligentes de calefacción, climatización, ventilación y ACS, es difícil que este nuevo impuesto ralentice  la compra de equipos nuevos por parte del consumidor individual, puesto que el incremento en el precio se diluirá con las continuas subidas de precios a las que nos enfrentamos por la escalada en el precio de las materias primas del último año.  Caso totalmente diferente es la instalación colectiva, donde este nuevo impuesto sí que afectará negativamente a la hora de emprender una reforma en un edificio de viviendas, ya que este impuesto penalizará de forma muy importante la capacidad de decisión de inversión.

Para Félix Moreno, director técnico BU Heating de WOLF Ibérica, “el impuesto anterior sólo penalizaba el rellenado de gases refrigerantes, penalizaba al que sufría una fuga de refrigerante. El nuevo impuesto penaliza el uso de la tecnología de aerotermia en general, tanto al usuario que decide apostar por una nueva tecnología como al usuario que haya sufrido una pérdida de refrigerante. Desde Wolf estamos diseñando equipos que utilizan gases que no dañan el medio ambiente con elevados coeficientes de eficiencia, como puede ser el R290, un refrigerante natural y exento del impuesto”.

Hay un cambio de mentalidad por parte del consumidor, que prioriza la eficiencia, ya que a la larga serán “ahorros” y esto hará que el consumidor se decante por los equipos que utilicen gases no contaminantes.

“Aunque todos los impuestos son recaudatorios, hay que aportar una lectura positiva de esta nueva reglamentación, ya que busca desincentivar el uso de gases contaminantes. Los equipos de nueva tecnología, alimentados con refrigerantes naturales, están exentos de este impuesto”, aclara Moreno.

Desde la compañía defienden el uso de equipos eficientes con los que garantizar la creación de espacios sostenibles, como las bombas de calor CHA, con conexión 100% hidráulica y un refrigerante natural orientadas al futuro y a la transición energética.

WOLF, que comparte el posicionamiento de preocupación de las asociaciones en cuanto al incremento en el precio de las instalaciones que deberá soportar el consumidor final, sobre todo las comunidades de propietarios, no comparte ni los plazos, ni el escaso margen de respuesta de los fabricantes y asociaciones al nuevo reglamento.

Ahora bien, la compañía teme que surja un mercado negro y fraude en torno a la venta ilegal de refrigerantes y equipos por parte de empresas “pirata” que traten de evitar el pago de este impuesto. “Las autoridades tendrán que estar muy atentas para que esto no ocurra”, aseguran desde WOLF.