- La empresa especializada en reparación y mantenimiento del hogar, HomeServe, recuerda la importancia de realizar revisiones periódicas que garanticen el correcto funcionamiento de la caldera para evitar peligros y gastos innecesarios
Con la Navidad a la vuelta de la esquina y el frío ya asentado en nuestro día a día, es habitual que las calefacciones de los edificios estén ya funcionando a pleno rendimiento, pues son la garantía de que podamos tener un ambiente caldeado en nuestra vivienda.
Por ello, para asegurar su correcto funcionamiento y evitar posibles accidentes y facturas elevadas, es importante realizar un buen mantenimiento de las calderas. Así, los expertos de la empresa especializada en reparación y mantenimiento del hogar, HomeServe, recuerdan la importancia de revisar correctamente la caldera para asegurarnos de que la instalación está en perfecto estado.
Y es que, tal y como recuerdan los expertos de HomeServe, “si una caldera no se revisa de forma periódica, lo más habitual es que se produzcan averías, más o menos graves, que pueden dejarnos sin suministro justo cuando más la necesitas”. En concreto, según los expertos, las incidencias más habituales son bajadas de presión, obstrucción en la salida de humos y los bloqueos o averías en la bomba de recirculación de la calefacción. “Además, en los casos más graves, un mal mantenimiento puede provocar fugas o incluso accidentes importantes”, indican.
Otro de los graves problemas que puede acarrear el no realizar un correcto mantenimiento de la caldera son las fugas de gas. “No se trata de crear alarmas innecesarias, pero se pueden dar situaciones de intoxicaciones por monóxido de carbono”, afirman los expertos. En este sentido, recuerdan que el monóxido de carbono es un gas incoloro e inodoro, por lo que no es fácilmente reconocible, lo que aumenta su peligrosidad, pues puede producir dolores de cabeza, mareos y fatigas e incluso disfunciones cardíacas, entre otros síntomas.
A todo esto, hay que añadir el paso del tiempo, que termina afectando como a otros dispositivos, sufriendo desgaste con los años. Por ello, y para evitar peligros y daños mayores, es fundamental llevar a cabo revisiones periódicas para comprobar si se encuentra en buen estado y detectar así averías que estén pasando inadvertidas. Además, es importante saber diferenciar entre una revisión preventiva o de mantenimiento, tratándose en el primero de los casos de un análisis de combustión para ver el estado en el que se encuentra el aparato. “En caso de que los resultados muestren niveles muy elevados de monóxidos, se debe limpiar la caldera”, apuntan.
Por último, desde HomeServe recuerdan que la falta de revisiones puede provocar que la caldera no funcione de forma óptima y que se incurra en una pérdida de eficiencia y en un mayor desgaste económico al tener que arreglar averías agravadas.