Actualmente resulta más necesario que nunca gestionar los edificios de un modo responsable desde el punto de vista de la energía. Según los datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) el presupuesto destinado a la climatización en el gasto energético total de los edificios se sitúa entre un 40% y un 60%. Por ello, una de las prioridades para el sector es poder ofrecer soluciones a los usuarios que garanticen su máximo confort y un mayor control de la temperatura, reduciendo el consumo energético y el impacto ambiental.

Los sistemas de Volumen Refrigerante Variable (VRF) cumplen a la perfección con este papel, ya que permiten una enorme flexibilidad para climatizar grandes espacios y, a la vez, la máxima eficiencia energética. Estos sistemas también aportan facilidad de diseño, instalación y uso, además de flexibilidad, fiabilidad y bajo nivel de ruido.

La principal ventaja de los sistemas VRF es que son ideales para aplicaciones de carga variable, ya que aseguran que el consumo se ajuste realmente en función de la potencia entregada. Para combinar la capacidad de estos sistemas de climatización a la demanda del edificio, se modifica el caudal de refrigerante, regulado gracias a los compresores inverter y a las válvulas de expansión electrónicas o válvulas de modulación de impulsos. Este sistema permite entregar a cada unidad interior la potencia frigorífica que demanda la zona que climatiza.

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Sistemas muy comunes en reformas y rehabilitación

Su instalación es habitual en oficinas, hoteles, comercios, residencias, viviendas unifamiliares, bloques de apartamentos, etc. Dada su elevada eficiencia energética, al poco espacio técnico requerido para el paso del fluido caloportador y fácil instalación, los sistemas VRF son muy comunes en reformas y rehabilitación de edificios.

En estos sistemas la instalación de control y la comunicación entre unidades es mucho más sencilla. Los equipos necesarios de instalación son menores, se exigen menos tuberías y también un menor peso.

La versatilidad de estos sistemas también tiene su traducción en las cifras del mercado, con crecimientos en doble dígito en los últimos años. En España, según apunta una marca, el volumen de negocio superó los 100 millones de euros en el ejercicio 2016. La estimación a nivel mundial es que las ventas mundiales de estos equipos alcancen los 24.000 millones de dólares en 2022.