Dentro de unos días, no demasiados, las temperaturas comenzarán a bajar y será el momento de pensar en encender la calefacción. El otoño preludia la llegada de un tiempo más gris en el que es necesario extremar el confort en nuestras viviendas.
El descenso de las temperaturas también tiene un efecto sobre nuestros bolsillos. El gasto energético de los hogares sube por el gasto que significa el encendido de las calderas para calefacción. Un uso responsable de estos aparatos depende de nosotros mismos. Si activamos la versión agua caliente sanitaria, no es necesario tener el agua corriendo más de lo necesario. Ahorraremos agua y gas a un tiempo, quizá electricidad si lo que tenemos instalado en nuestra vivienda es un termo en vez de una caldera.
¿Qué debo hacer antes de encender la calefacción?
Poner a punto la calefacción es lo que toca. Nos puede ahorrar un buen montón de disgustos. Hay que revisar toda la instalación, los radiadores, la caldera y el termostato. Y ponernos en manos de profesionales para hacerlo, claro está. La presión de una caldera debe situarse entre 1 y 1,5 bar, la salida de humos no debe estar obstruida, los radiadores no tienen que tener fugas. Todo ello siempre debe consultarse con un instalador, que, por ejemplo, se puede encargar de revisar la caldera antes de su puesta en funcionamiento o purgar los radiadores.
Si nuestro aparato está obsoleto, también podemos optar por cambiarlo. Quizá una nueva caldera de condensación sea una buena solución porque esta tecnología ahorra en la factura y es mucho más eficiente. En este momento, se ha puesto en marcha el Plan Cambia 360 del Ayuntamiento de Madrid, con subvenciones para la renovación de instalaciones térmicas de calefacción y climatización, aunque en el caso de las calderas se centra en la sustitución de las de carbón que aún existe en la ciudad y en las de gasóleo.
Lo cierto es que en la mano de cada ciudadano está la mejor solución en eficiencia energética para pasar el otoño y el invierno del modo más confortable posible. Contar con un termostato inteligente también nos puede ayudar a consumir menos, igual que aislar puertas y ventanas, cerrar o apagar los radiadores que no se usen, mantener la temperatura de la vivienda estable –en torno a 21 grados– y ventilar en las horas de mayor radiación solar y con temperatura más templada.