El cambio climático tiene consecuencias evidentes y quizá inevitables. Las estaciones cada vez están menos marcadas, pasamos del frío al calor en apenas días, cambios bruscos que necesitan de nuevas soluciones tecnológicas. La bomba de calor es una de ellas.
La tecnología de bomba de calor permite hacer frente a los cambios derivados del clima y, a la vez, reducir las emisiones de CO2. No debe olvidarse que la bomba de calor está considerada como fuente renovable por la Unión Europea ya que utiliza energía procedente del aire, el agua o la tierra en sus diferentes variantes. Proporciona calefacción, refrigeración y agua caliente con una alta eficiencia energética.
Más de 8,5 millones de bombas de calor instaladas
Según datos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) sobre el parque de bombas de calor en nuestro país, se estima que en los hogares españoles existen más de 8,5 millones de bombas de calor instaladas.
Lo cierto es que la bomba de calor se beneficia de ser capaz ahora de ofrecer una solución multifunción, que incluye también el ACS, pero en su doble versión de refrigeración y bomba de calor, se trata de un sistema que lleva años imponiéndose en el mercado. Según un estudio reciente en los hogares españoles, los equipos con versión bomba de calor alcanzan un porcentaje del 86,8%.
Por otro lado, la consideración de la bomba de calor como tecnología renovable por parte de la Unión Europea supuso un espaldarazo para este tipo de sistemas. Las normativas, además, son cada vez más restrictivas con los sistemas de calefacción con combustibles fósiles, lo que también es una ventaja para estas soluciones tanto en nueva construcción como en reforma y rehabilitación.
Su futuro también parece que será muy halagüeño ya que cada vez existen más requerimientos en el ámbito de la eficiencia energética en edificación. Además, los aspectos normativos cada vez impondrán un mayor rendimiento y un menor consumo a los equipos, con soluciones que deben ser respetuosas con el medio ambiente.
