El Reglamento F-Gas sobre gases fluorados ha significado una verdadera revolución en el sector de la refrigeración y la climatización. La industria busca disminuir en un 70% los gases de efecto invernadero en el período 2014-2030, momento en el que la transición ya debería haber sido total. Esta reducción afecta a aquellos gases con mayor impacto medioambiental, siendo sustituidos por gases tipo PCA o GWP.
Los hidrofluorocarbonos (HFC) fueron el sustituto principal de los halocarburos, cuyo impacto sobre la capa de ozono era muy alto. Debido a las mejoras tecnológicas y preocupación por el medio ambiente, los propios HFC serán sustituidos de forma progresiva según el acuerdo fijado en el Protocolo de Montreal. Estos compuestos son habitualmente utilizados en instalaciones de refrigeración y aire acondicionado.
Las máquinas de refrigeración y aire acondicionado utilizan el gas fluorado refrigerante durante su actividad, lo que favorece su funcionamiento y optimiza la temperatura de trabajo.
Breve explicación de la normativa F-Gas
La normativa entró en vigor el 1 de enero de 2014. Su llegada al mercado, junto a la aplicación sobre Gases Fluorados (artículo 5 de la Ley 16/2013), provocó dudas en el sector. Se hablaba de cómo sería el desarrollo de nuevos equipos y cuáles serían los gases refrigerantes sustitutivos para las máquinas aún operativas y no amortizadas.
El Reglamento lo que busca como objetivo principal es la reducción del impacto sobre la capa de ozono. La industria de la refrigeración y de la climatización está en la búsqueda constante de productos de menor impacto ambiental. Para que esta transición sea posible, se ha fijado un calendario de eliminación progresiva, en el que se introducen cuotas de comercialización de HFCs, además de buscar refrigerante alternativos que puedan sustituir a los de alto PCA (Potencial de Calentamiento Atmosférico).
Prohibición del gas refrigerante R22 y sus sustitutos
Desde el 1 de enero del año 2010 está terminantemente prohibido el uso y comercialización del gas fluorado R22 puro, tal y como está reflejado en el Reglamento 2037/2000 del Parlamento Europeo. En líneas generales, desde dicha fecha está prohibido el uso de cualquier gas HCFC puro. Asimismo, desde el 1 de enero de 2015 están prohibidos los HCFC reciclados.
Desde entonces y hasta 2022, los principales sustitutos en función de la aplicación final han sido los gases R134A, R410A y R407C, ya que su PCA es inferior al del R22. Estos gases no podrán ser utilizados en equipos nuevos, aunque aún se desconoce su fecha límite para su uso en mantenimientos.
Los gases R134A (HFC puro) y R404A (HFC mixto) se utilizan en equipos de refrigeración de gran tamaño y supermercados. Por otro lado, los gases fluorados R410A y R407C son utilizados como refrigerantes en bombas de calor domésticas y de comercio.
Calendario con los gases prohibidos a partir de 2022
Todos los gases con un PCA superior a 150 quedarán prohibidos en equipos frigoríficos nuevos y congeladores de uso comercial, además de en centrales frigoríficas multicompresor compactas para uso comercial de 40kW.
El R410A posee un alto rendimiento energético. Es una mezcla limpia y libre de cloro, que facilita el ahorro en mantenimientos futuros. Su toxicidad e inflamabilidad es nula. Es posible su reciclaje y reutilización. Su principal y más demandado sustituto es el R32, que ya poseen un buen número de equipos de aire acondicionado que se ponen a la venta.
Por su parte, el R134A ha sido y aún es el refrigerante para sistemas de aire acondicionado y climatización dentro del sector de la automoción. Es utilizado en grandes equipos de refrigeración y bombas de calor con compresor centrífugo o de tornillo.