Ha llegado el frío. Es el momento de poner en marcha las calderas en las viviendas. Y las bajas temperaturas llevan inevitablemente la conversación a hablar de calderas. Además, ahora, desde la llegada al mercado de la normativa ErP en septiembre de 2015, todas las calderas que se instalan deben ser de condensación, una tecnología más eficiente y que facilita el ahorro energético.
La caldera de gas de condensación es uno de los sistemas más eficientes para obtener calefacción y agua caliente sanitaria en el hogar. Pero aún hoy un buen número de viviendas en España mantiene calderas tradicionales, llegando a pagar hasta un 30% en su factura energética. Este gasto extra se podría ahorrar con un cambio hacia un sistema más eficiente.
La importancia de la elección de la caldera
A la hora de renovar la caldera hay que fijarse en datos de referencia de la antigua caldera, como la potencia y el caudal de agua, a no ser que las necesidades hayan cambiado, como un mayor número de personas en casa. Por otra parte, si se trata de una nueva vivienda y no es posible tomar estos datos de referencia, preguntar al vendedor o contactar con el servicio al cliente resulta una opción muy útil. La información que será necesaria proporcionar son: Los metros cuadrados de la vivienda, El tipo de calefacción: Radiadores o suelo radiante, El número de baños y la zona climática y aislamiento de la vivienda.
La elección de la potencia
El primer factor a tener en cuenta es la potencia. Una potencia por debajo de la requerida hará trabajar demasiado a la caldera y que nunca se llegue al nivel de confort deseado. En el otro extremo, una caldera con más potencia de la recomendada aumentará el coste de la caldera innecesariamente, sin que los radiadores puedan asumir dicha potencia.
Para elegir correctamente la potencia de la caldera será necesario saber los metros cuadrados de la vivienda y número de baños.
Para una vivienda menor a 80 m2, bastará con una potencia en calefacción de 18 Kw; entre 80 y 100 m2, se recomienda unos 24 Kw; entre 100 y 160 m2, 28 Kw y, para viviendas con una superficie mayor a 160 m2, se necesitará una caldera de unos 30 Kw.
Para la potencia en agua caliente sanitaria, bastará con conocer el número de baños. Para un único cuarto de baño, será suficiente con adquirir una caldera de 24 Kw en a.c.s; en el caso de contar con dos baños, 28 Kw y, para 3 baños, una potencia de 35 Kw en a.c.s.
Es posible que si la zona climática de la vivienda es muy fría o las paredes, puertas y ventanas cuentan con un mal aislamiento, se necesitará un poco más de potencia para conseguir el confort deseado. Sin embargo, en estos casos es importante mejorar el aislamiento térmico, ya que permitirá consumir menos energía, ahorrar en la factura de gas y mostrar un mayor respeto por el medio ambiente.
Uso e instalación
Es primordial tener claras cuáles son las necesidades en calefacción y agua caliente sanitaria. La mayoría de calderas son mixtas (combinan calefacción y agua caliente sanitaria), sin embargo también hay calderas para solo calefacción. En ese caso, la caldera solo genera agua caliente para el circuito primario, aunque es posible instalar un acumulador externo para la producción de A.C.S.
Otro de los aspectos importantes a la hora de escoger una caldera es el espacio disponible y la instalación. Aunque suele haber unas medidas estándares, hay algunas calderas que por sus altas prestaciones cuentan con unas mayores dimensiones y, por el contrario, otras más compactas que pueden instalarse dentro de un armario de cocina.
La instalación de una caldera de gas condensación es ligeramente diferente que la de una caldera de gas convencional. La tecnología de condensación requiere, por ejemplo, la evacuación de agua condensada, con lo cual se requiere una salida de agua cerca.