Como consecuencia de los efectos de Filomena el precio de la luz y el gas se ha disparado hasta alcanzar récords históricos. Ello se debe al incremento de la demanda por la ola de frío, a la fuerte subida de la cotización internacional del gas y al menor funcionamiento de las energías renovables por las condiciones meteorológicas. El mercado eléctrico español determina que el precio al que se paga la electricidad corresponda al de la última central que entra a producir para cubrir la demanda. En este caso, plantas de ciclo combinado que utilizan gas, resulta más cara (tanto por el precio del propio gas como por los derechos de emisión de productos contaminantes) a pesar de que esto solo represente una parte mínima del mix energético.
Por lo tanto, y de acuerdo con los cálculos realizados por Facua, el recibo de la luz para un hogar estándar sería de más de 80 euros al mes, frente a los 67 euros mensuales de media.
Ante esta situación, la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), asociación sin ánimo de lucro que engloba a profesionales, empresas y personas con inquietudes y conocimientos en el campo de la eficiencia energética en la edificación, recuerda que una vivienda o edificio Passivhaus puede llegar a alcanzar un ahorro energético de hasta el 90%. En este sentido, el gasto en climatización, referido a consumo sin contabilizar términos fijos e impuestos, es aproximadamente de 1€ por metro cuadrado al año, o lo que es lo mismo, para una vivienda media de 70 m2, unos 70 euros al año.
¿Qué dicen los expertos?
Según comenta Bruno Gutiérrez Cuevas, presidente de la Plataforma de Edificación Passivhaus “La subida del coste de la luz como consecuencia de la ola de frío ha generado un acalorado debate en la opinión pública y entre dirigentes políticos de diferentes tendencias. Sin restar importancia a ese debate, desde PEP consideramos que es el momento de dejar de quejarnos y pasar a la acción. Y la forma más eficaz para que esto afecte en la menor medida posible a nuestros bolsillos es haciendo que nuestros edificios dependan menos de esta energía. Es ahí donde incidimos en la importancia de construir y rehabilitar bajo el estándar Passivhaus, uno de los más exigentes del mundo en construcción energéticamente eficiente, garantizando la mínima demanda energética con un alto confort interior (hacia donde tiende la normativa). Tenemos el conocimiento, tenemos los medios y además contamos con un impulso sin precedentes, gracias a los fondos de recuperación, para dar un ambicioso salto en las rehabilitaciones energéticas en España. Si queremos hacer las cosas bien entre todos, ¡no hay tiempo que perder!”.
Una edificación Passivhaus es un tipo de construcción que prima la máxima reducción de la energía necesaria para su climatización, logrando mantener un ambiente interior saludable y una temperatura y humedad constantes y confortables durante todo el año mediante la optimización de los recursos existentes.
Se basa en cinco principios básicos: aislamiento térmico de gran espesor, ventanas y vidrios de altas prestaciones, ausencia de puentes térmicos, ausencia de infiltraciones de aire no deseadas y ventilación mecánica controlada y continua con recuperador de calor para responder a los criterios de salubridad que exige la certificación oficial. Es decir, nos aislamos muy bien, aprovechamos al máximo la radiación solar con buenos vidrios y ventilamos controladamente con un equipo, el recuperador de calor que, al igual que nuestros pulmones, filtra y atempera el aire con toma del exterior para que no se enfríe la vivienda (o se caliente en verano) al ventilar.
Por otra parte, la Asociación alerta de que un consumo excesivo de energía supone un efecto extremadamente negativo para el medio ambiente, tal y como se está experimentando estos días. La contaminación de nuestras ciudades se debe en gran parte a las emisiones que generan los edificios, ya que éstos son responsables de aproximadamente el 40% del consumo de energía y del 36% de emisiones de CO2 en la Unión Europea 1. Por eso, la eficiencia energética ya no es solo necesaria para reducir el gasto en el consumo sino para proteger nuestro planeta.