El mercado dirige su apuesta de un modo ineludible hacia las energías renovables. No hay vuelta atrás en un mundo que ya ha agotado casi todos sus cartuchos en la lucha contra el cambio climático.
La Agencia Internacional de la Energía (IEA) estima que los edificios comerciales, residenciales y públicos consumen entre el 30 y el 40% de la energía utilizada a nivel mundial. Y son los responsables de entre un 25 y un 35% de las emisiones contaminantes de CO2. Un porcentaje nada desdeñable de estos porcentajes corresponde a los equipos de climatización.
En los últimos tiempos, de hecho, los fabricantes del sector se han afanado por ofrecer equipos más eficientes y más respetuosos con el medio ambiente. Aerotermia y geotermia son dos de las energías que garantizan esa apuesta por hacer un mundo más limpio.
Dos energías limpias que también ahorran
La aerotermia y la geotermia no sólo son energías limpias que permiten un ahorro de hasta un 80% en la factura eléctrica y en los consumos de calefacción, ACS y climatización, sino que su implementación es una garantía de confort durante todo el año y su amortización es relativamente rápida.
La energía aerotérmica se encuentra almacenada en el aire ambiente en forma de calor.
Entre sus ventajas, hay que hablar de su amplio rango de temperaturas, un coste de mantenimiento nulo y un nivel cero de contaminación local. Otros aspectos positivos a destacar son el ahorro económico y de espacio que se consigue con la instalación de estos equipos.
Por su parte, la geotermia es una de las energías renovables más eficientes. Consiste en la extracción y la posterior utilización del calor en forma de energía que se encuentra en la superficie de la tierra.
Es una tecnología madura que puede utilizarse en viviendas unifamiliares, pero también en edificios verticales y en grandes instalaciones industriales. Es absolutamente limpia, tiene una alta durabilidad y ahorra hasta un 80% con respecto a la energía convencional.