El nuevo Real Decreto por el que se regula la contabilización de consumos individuales en las instalaciones térmicas centralizadas, establece que, una vez se compruebe su viabilidad, los edificios con calefacción central tendrán que instalar contadores de energía, o en su caso, repartidores de costes de calefacción en las viviendas antes de mayo de 2023. Una medida que, según el Gobierno, permitirá un ahorro medio de un 24% en el consumo de energía.

Para conseguir estos ahorros en calefacción, y que la medida sea realmente eficaz, “es necesario actuar sobre el conjunto de la instalación térmica del edificio, y no sólo proceder a la colocación de contadores o repartidores de costes en las viviendas, en los casos a que obligue la normativa”, creen en la Asociación del Sector de Empresas del Sector de las Instalaciones y la Energía (Agremia).

Desde esta asociación consideran que conseguir ahorros de más de un 20% de consumo de calefacción en una vivienda con la sola colocación de estos dispositivos es posible, pero antes es necesario complementarlo con otras medidas, como con la instalación de válvulas termostáticas en los radiadores, de manera que cada vecino pueda regular o ajustar el consumo de la calefacción a sus necesidades y en cada estancia.

“Es importante, además, dar un claro mensaje a los ciudadanos:  los contadores de calefacción no ahorran energía, solo miden el consumo que cada vecino realiza. De ahí la importancia de adoptar hábitos para conseguir ahorros y la deseada eficiencia energética, como ajustar los horarios de calefacción o regular la temperatura de cada habitación”, explica Inmaculada Peiró, directora General de Agremia.