Los españoles no son conscientes de las carencias en eficiencia energética de sus propios hogares. Esta falta de concienciación es, a juicio del CGATE, uno de los principales impedimentos para el despegue del sector de la rehabilitación energética de edificios.
La última encuesta de GAD 3 realizada para el CGATE, viene a avalar con datos esta conclusión. Según esta muestra, elaborada tras la realización de 885 entrevistas, un 85,7% de la población considera que su domicilio es apropiado para pasar un hipotético segundo confinamiento, con una mínima calidad de vida.
“Son datos que nos sorprenden”, asegura el presidente del CGATE, Alfredo Sanz, “teniendo en cuenta la radiografía del sector dibujada por el IDAE que estima que 1.200.000 viviendas deben rehabilitarse hasta 2030 y 7,5 millones de hogares tendrán que ser completamente renovados con criterios de eficiencia energética y sostenibilidad antes de 2050”.
Según los datos que desprende este informe, los colectivos más conscientes de las carencias y deficiencias de sus hogares son los jóvenes y los desempleados. Pese a ello, solo tres de cada diez jóvenes creen que su vivienda no cumple los requisitos mínimos para desarrollar una óptima calidad de vida.
Por su parte, la mitad de los estudiantes y el 44% de los desempleados muestran escasa satisfacción con el acondicionamiento básico de sus hogares.
“Los agentes del sector y, por supuesto, nuestra profesión, tienen ante sí el reto de trasladar a la sociedad las ventajas y beneficios, económicos, medioambientales y sociales que supone la rehabilitación energética de los hogares. Para los Arquitectos Técnicos y los profesionales de la edificación en general, la consolidación del sector va a suponer una oportunidad de contribuir eficientemente a la recuperación de la actividad económica. Pero si la demanda no se activa, pese a las ayudas convocadas por la Administración, va a ser complicado que haya un importante despegue económico”, asegura Alfredo Sanz.
Aspectos más y menos valorados
Entre los aspectos mejor valorados por los españoles, de sus hogares, están la ventilación de la vivienda – un 49,4% de los encuestados está muy satisfecho – frente a la iluminación natural (48,4%) o la accesibilidad (43,9%).
El dato peor valorado, aunque aprobado con buena nota por parte de los entrevistados, es el nivel de ahorro y eficiencia energética de sus viviendas. Un 30,8% se muestra muy satisfecho y un 48,5%, bastante satisfecho. El 20,7% restante se muestra poco o nada satisfecho con el aislamiento, la calefacción o las ventanas de sus hogares.
El presidente del CGATE afirma que “no es la primera vez que los informes y estudios realizados por nuestra entidad arrojan unos resultados semejantes. Consideramos que los datos con los que contamos no pueden ser una mera coincidencia, tenemos ante nosotros el reto de formar e informar a la sociedad sobre la contribución al cambio climático, el confort, la salubridad, la seguridad y la mejora en la factura energética que supondría para ellos , sometiendo a sus hogares a una rehabilitación energética integral”.
Los resultados de este informe muestran que en este tiempo no ha cambiado mucho la opinión de los españoles en relación a sus viviendas. Según la última encuesta realizada por GAD 3 para el CGATE en pleno confinamiento, el 69% de la población no intervendría en sus hogares para mejorar su calificación energética.
Del mismo modo, el trabajo realizado con Mutua de Propietarios arrojaba a la luz datos significativos. El 69 % de los encuestados no valoraba las iniciativas para mejorar la eficiencia energética de sus viviendas, solo el 55 % conocía el certificado energético y el 71% tiene la percepción de que su vivienda está correctamente aislada.
“Está en nuestra mano cambiar esta falsa sensación de los ciudadanos y explicarles que pueden vivir en hogares mucho mejor preparados. Los datos están ahí: el número de viviendas construidas en España está cerca de los 26 millones, y de ellas más 8 millones son absolutamente ineficientes energéticamente, debido a que se construyeron bajo unas normativas y estándares anteriores a la primera normativa que reguló el aislamiento y la eficiencia energética de los edificios. Es más, algunos estudios indican que de cada diez euros gastados en calefacción o refrigeración, se pierden hasta cuatro por la ineficiencia del edificio. La Arquitectura Técnica tiene el deber de hacer una labor formativa que ayude a mejorar nuestro parque edificado. Todos saldremos ganando”, concluye Sanz.