Estamos en otoño, aunque el final de septiembre y los primeros días de octubre hayan sido aún veraniegos. Lo cierto es que se anuncian cambios en las temperaturas, los días comienzan a acortarse y en este sector eso equivale a pensar en calefacción.
Las marcas ya están inmersas en plena campaña y los instaladores del sector también. El mercado de calderas y de generadores de ACS en general lleva años de crecimiento. La mejora de la obra nueva, el peso de la rehabilitación y la reforma y la llegada de la condensación han sido los factores que han provocado un cambio de tendencia en el sector.
En 2017, las calderas murales presentaron una subida porcentual de un 6,76%, mientras que las de pie y biomasa lo hicieron un 1,83%, según las cifras de Fegeca (Asociación de Fabricantes de Generadores y Emisores de Calor). En el caso de los calentadores, el ascenso fue de un 4%.
El mercado sigue un buen rumbo
La tendencia para este año también es positiva. La buena situación económica, la activación de la obra nueva y la reforma-reposición están ayudando a que el mercado siga en cifras favorables. Se estima que el crecimiento del mercado estará por encima del 10% este año.
Por otro lado, la condensación se ha impuesto como tecnología en un sector que también se ha visto favorecido por la implantación de nuevas normativas europeas de eficiencia energética. La llegada de la Directiva de Ecodiseño ErP, que entró en vigor en septiembre de 2015, fue definitiva en la apuesta de la Unión Europea por productos más eficientes.
En el caso concreto de los calentadores, el mercado también se encuentra en una buena situación: el volumen de calentadores estancos se ha duplicado respecto al año anterior gracias al reglamento RITE que desde el mes de abril prohíbe las instalaciones de calentadores a gas atmosféricos.
Sistemas individuales de calefacción y ACS
La tendencia del mercado español, según Fegeca, es hacia los sistemas individuales de calefacción y producción de agua caliente sanitaria con más ahorro de energía, destacando la condensación como la tecnología más eficiente para calefacción.
Lo cierto es que existen grandes oportunidades de progreso porque aún hoy en Europa el 65% de las calderas instaladas son convencionales, lo que equivale a decir que existen 120 millones de unidades ineficientes que deben ser renovadas para conseguir los objetivos de descarbonización comprometidos por la Unión Europea.
El mercado, por tanto, seguirá en su apuesta por productos de elevada eficiencia energética, que además permitan una mayor conectividad.